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DEL EXCMO. SR. D. SERVANDO RUIZ GÖMEZ.
no deben pasar desapercibidos, antes bien merecen te
nerse muy en cuenta, los estudios, observaciones y con¬
ceptos encaminados á determinar la misión salvadora
que en las batallas del interés y de las desigualdades
sociales, está Ilamada á desempenar esa criatura, hasta
el presente abandonada á su sensibilidad y á sus ima-
ginaciones; la mujer, que es nuestra madre, nuestra
hija, nuestra hermana, nuestra companera, y à la cual
sin embargo, no acabamos de comprender, sin duda
porque se la separa de nosotros para educarla.
Es menester cerrar los ojos á la luz de la evidencia
para desconocer los beneficios que este augusto Insti-
tuto presta à la patria, estimulándola á seguir por las
vias del progreso, con la ensenanza de cuanto pueda
contribuir á su engrandecimiento y á su prosperidad y
à preparar la regéneración de esta nuestra raza, que no
hubieseis aplaudido en la sesión publica de 15 de Octubre de 1882 cuando, apa¬
drinado por el Excmo. Sr. D. Fernando Cos-Gayón, hizo feliz revelación de sus
investigaciones acerca de la igualdad racional y juridica de la mujer; de la
diversidad de sus funciones; de su concurso en la instrucción primaria, en la
instrucción en general y en el trabajo, y de su influencia moral y politica en
las reformas que deben llevarse à'cabo en la legislación, terminando con estas
frases: " Por medio de la igualdad en el derecho y del reparto de trabajo,
segun la diversidad de las funciones, he tratado de interpretar la misión de la
mujer en el mundo. Por la educación y la instrucción he tratado además de
explicar sus medios naturales de influencia, realizados en el cumplimiento de
su deber, ó sea en la observancia de las condiciones de su naturaleza racional.
De todo ello deduzco que su influencia en la moral es directa y decisiva, sobre
todo cuando cultiva la razón y despierta la conciencia de sus hijos; y que por
ser indirecta no es menos justificada, ni monos poderosa su influencia politica
Tal es mi pensamiento: tal el fruto de las meditaciones à que me he entregade
por amor à la mitad de nuestro sér: convencido de que el hombre, por su injus-
ticia y por falta de pureza é idealidad en sus pasiones, convierte à menudo en
su esclava ò en su tirana la que sólo debiera ser su companera. Asi la llama el
Evangelio, y el Evangelio es la verdad. Asi nos la ha dado Dios. Para qué?
La contestación no es del Evangelio; pero está dentro de su espiritu y ha sido
pronunciada por un gran poeta cristiano: para que nos conduzca al cielo.....
quella Donna ch' a Dio mi menava. „ En el Sr. Cos-Gayón no es tan grande el
entusiasmo ó el idealismo como en el Sr. Vizconde, pues para él “ las mujeres,
por instinto ó con madura reflexión, comprenden sus intereses, y por eso ven
con indiferencia, como hija de la duda'y del recelo, los proyectos para aumen-
tar sus facultades.
Max-Planck-Institut für
Real Academia de Ciencias Morales y Politicas
che Rechtsgeschic