DEL SR. D. FERNANDO COS-GAYÖN
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toria que tantos les atribuian. Pero cuando la estadistica
nos ensena con demostraciones persistentes que la pobla¬
cion de Francia, sino permanece estacionaria ó disminu¬
ye, crèce mucho menos que en los paises rivales, es im¬
posible dejar de reconocer en ese hecho lamentable una
causa muy grave de inferioridad, que evidentemente pro¬
cede de la supresión, cada vez más extendida, de la vida
de familia y de la reducción del nûmero y de la fecundi¬
dad de los matrimonios, por las condiciones y las exigen¬
cias de la vida moderna.
Las mujeres, por instinto, ó con madura reflexión,
comprenden sus intereses, y por eso ven con indiferen¬
cia, hija de la duda y del recelo, los proyectos para au¬
mentar sus facultades. En su inmensa mayoria muestran
escaso empeno en que se les conceda ni una sola de tan¬
tas igualdades como entre ellas y los hombres se quieren
establecer; ni la igualdad en la ensenanza, ni en los de-
rechos politicos, ni en el derecho civil, ni en las funcio¬
nes administrativas, ni en el derecho penal, ni en el tra¬
bajo manual, cientifico ó artistico. Las mayores dificul¬
tades para igualarlas con nosotros, en ellas han de estar
de todas maneras. Si fuese preciso vencer su resistencia
por su interés y el de la sociedad, á fin de realizar algu¬
na reforma que sea razonable entre tantas injustificadas
que se proponen, procuremos hacerlo de modo que res¬
guardemos lo que en ella hay de respetable y de necesa¬
rio para que la mujer, virgen, esposa ó madre, continue
siendo lo que debe ser: el alma del hogar doméstico, el
ångel de la familia.
Max-Planck-Institut für
mia de Ciencias Morales y Politicas
Real Acat
europäische Rechtsgeschich