DISCURSO
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lancólica, sino sana, tranquila, agradable y hasta pla-
centera, supo hacerle filósofo anunciador de este acari-
ciado secreto.
Y despues de discurrir y de analizar y de resolver so-
bre cada una de las cuatro causas que saltan à los ojos y
en que el vulgo se funda para calificar de desdichada la
ancianidad, «por qué el viejo suele alejarse de la gestion
de los negocios pûblicos y domésticos; por qué su cuerpo
se debilita; por qué está privado de no pocos goces mate¬
riales, y por qué se aproxima á la muerte...» (1). j Sa¬
beis, senores, cómo explica Marco Tulio y prueba y per-
suade, que puede lograrse una vejez agradable y placen¬
tera? Pues hace consistir ese importantisimo misterio.
en que no à la ninez inocente, ni à la irreflexiva juven¬
tud, ni aun a la presuntuosa virilidad, sino solamente à
la vejez es dado el acierto de guiar y conducir al hombre
«con ciencia, y con experiencia, y con consejo, y con au¬
toridad» por las vias de la rectitud, de la justicia, de la
equidad, de la beneficencia, de los deberes todos perfec¬
tos é imperfectos de la ciencia de las costumbres, que es
la Moral; y por qué sólo á la vejez es dado enseniar, re¬
comendar, mandar, exigir que el ciudadano se haya y
se comporte en los cargos de la vida pûblica, asi en la
paz como en la guerra, asi en la administracion de la
justicia como en los debates de las asambleas civicas, asi
en el mando de los ejércitos como en la gobernacion de
los pueblos; en fin, en todas las situaciones en que le co¬
loque y honre la Providencia, de modo que contribuya à
la felicidad de la Patria, que es la ciencia de la Politica.
Tan antigua es en el mundo civilizado la necesidad de
que los hombres encanecidos en el estudio de mejorar la
suerte de sus semejantes presten respetuoso culto à las
Ciencias Morales y Politicas.
(1) Ciceron en dicho libro de Senectute.
Max-Planck-Institut für
Morales y Politicas
europäische Rechtsgeschichte