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En determinados medios sociales y periodos históricos pudo no ser una
necesidad el reconocimiento de la subjetividad de los entes colectivos, sa¬
tisfaciéndose de otro modo el fin que la engendra; pero en el terreno
del debido de ser y de realidad, que diria Hegel, si lo es, porque con este
reconocimiento la legislación se acomoda más a la naturaleza y traduce
mejor el ideal de justicia. Los anglo-sajones obtienen resultados intere¬
santes, dice Le Fur, con el sistema de los Trustees, que parece en ge¬
neral satisfactorio para las fundaciones o personas juridicas de tipo
institucional, y esto no obstante, no se atienen exclusivamente a él, adop¬
tando estructuras como la de la Corporation sole, con lo que llegan casi
integramente a la noción y sistema de la personalidad juridica. Mas esto,
repetimos, es otro problema que se pone frente al hecho del derecho po¬
sitivo y de la formación y reforma de las legislaciones: problema cons¬
tituyente y de politica legislativa, en que hay que tener en cuenta no
solo el ideal, sino también la utilidad en relación con las posibilidades
que ofrecen las circunstancias todas por las que cada pueblo atraviesa
en el curso de su vida.
De otras muchas cuestiones trata en su discurso nuestro respetable
y respetado companero: "prestancia de la persona social, sus derechos,
sus relaciones con el poder pûblico... ; el tema es en si mismo inagota¬
ble, y es mucho lo que de él sabe el disertante, que tan espléndidamente
lo ha ilustrado esta tarde ante nosotros. Por mi parte aqui termino, bien
pesaroso por cierto de no haber podido aquilatar y manifestar los altos
valores que representa y tiene el Ilmo. Sr. D. Leopoldo Eijo y Garay,
Obispo de Madrid-Alcalá, pero muy satisfecho de haber podido mos¬
trar mi absoluta conformidad con sus ensenanzas todas. Al darle
en nombre de esta Academia la más cordial bienvenida y entusiasta fe¬
licitacion no quisiera omitir la unica disparidad que con él puede man¬
tenerse después de la lectura y audición de su discurso, en que se nos
muestra eximio filósofo y eminente jurista, y es que se nos ofre¬
ce, para colaborar en nuestras tareas, como humilde discipulo, y nos¬
otros le aceptamos y le recibimos como maestro consumado en la inves¬
tigacion de la verdad y en el arte de exponerla de un modo insuperable,
Que Dios prolongue por muchos anos en esta Casa y fuera de ella su
insigne Magisterio.
189988
HE DICHO.
Max-Planck-Institut für
Real Academia de Ciencias Morales y Politicas
europäische Rechtsgeschichte