sobre los hechos ; éstos y aquéllos van madurando los criterios, y tras
desenganos de errores y descalabros de funestas experiencias van de-
purando las doctrinas y logrando los aciertos encauzadores de la vida
humana.
* * *
Limitándose al estudio puramente teórico de las entidades sociales.
lo primero que se observa es la gran confusión de ideas, por la ingente
multiplicidad de pareceres y doctrinas, acerca de su concepto ésen-
cial; confusión que se manifiesta hasta en el hecho de no convenir los
tratadistas ni los legisladores tan siquiera en un nombre fijo y adecuado
con que designarlas.
Lógicamente habria de fijarse primero el concepto para escoger des¬
pués el nombre; pero la necesidad de nombrarlas, siquiera sea para
estudiar su esencia, obliga a ocuparse antes en darles un nombre. àY
cuál de los muchos con que se las designa? La mayoria de los moder¬
nos tratadistas rechaza los nombres de persona mistica o persona ficta
que tradicionalmente se les habia dado; y con razón, porque en realidad
la teoria, que luego mencionaré, de la ficción, pervirtió el significado pri¬
mitivo de aquellos nombres, y si hoy se conservasen equivaldria a pro¬
fesar la doctrina de que las personas sociales carecen de realidad y son
puramente partos de nuestra fantasia. Por razón semejante se desecha
el nombre de persona abstracta, inaplicable a entes que tienen realidad
bien concreta fuera de nuestra mente. Algunos las han Ilamado personas
incorporales; pero tampoco es de admitir este nombre. Si las voces
cuerpo y corporal se aplicasen exclusivamente al organismo humano, no
seria inexacto el apelativo, aunque tampoco séria aceptable por no tener
alcance positivo, sino negativo, impropio de nombre que haya de signifi¬
car una cosa; pero cuerpo significa mucho mas, siquiera sea en sentido
figurado; y justamente lo caracteristico de las entidades que estudiamos
es tener organos para su gobierno y manifestación externa, incluso,
a mi juicio, las fundaciones; y el de formar corporación; de modo que
incorporal, aunque no sea totalmente opuesto a corporativo, sin embargo,
porque lo es al lenguaje figurado con que comunmente nos expresamos
en esta materia, y a la clásica frase del derecho romano corpus habere.
propia de estas entidades, merecidamente no ha tenido fortuna.
Otros notables tratadistas les han dado el nombre de personas civi¬
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Real Academia de Ciencias Morales y Politicas
europäische Rechtsgeschichte