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de las razas ha de medirse con arreglo al concepto naclo-
nalsocialista del heroismo.
La zona de coincidencia entre el nacionalsocialismo y
el marxismo, en cuanto se refière a la actitud sentimental
de ambos con respecto a la burguesta, es, como acaba¬
mos de ver, una zona muy limitada. El menosprecio, la
aversion, el odio a la burguesia son más extensos y mas
agudos en el nacionalsocialismo que en el marxismo. Esto
explica el hecho de que la agitación demagógica nacio¬
nalsocialista, tan rica en efectismos, tan ostentosa de mo¬
dernidad, tan pagada de poseer los pretendidos secretos
de Psicotecnia, no haya dudado en utilizar ampliamente
el odio al burgués para abrirse camino entre las masas
y conseguir sus finalidades politicas. Porque es de adver¬
tir que la enemiga del nacionalsocialismo contra el bur¬
gués tiene un carácter puramente politico que, por lo de¬
más, no trasciende a lo económico ni a lo social. Por
eso puede decirse que la actitud sentimental contra la
burguesia, si es más extensa y más aguda en el nacional¬
socialismo que en el marxismo, es, en cambio, mas pro¬
funda en el marxismo que en el nacionalsocialismo.
El escudo de la burguesia
Lo importante no es que MARX admita o no admita
la existencia de un comunismo primitivo. Lo importante
es que MARX admite no ya la posibilidad, sino la nece¬
sidad histórica de que la evolución económica del capita¬
lismo, mediante la accion de la masa proletaria que el ca¬
pitalismo mismo engendra, desemboque en una sociedad
en que la producción no esté regulada como el privilegio
de una aristocracia capitalista, sino que sea la función
propia de una democracia organizada en el dominio de
la economia.
En esa sociedad no existiria la lucha de clases, porque,
con la desaparición de los privilegios del capitalismo, las
Max-Planck-Institut für
Real Academia de Ciencias Morales y Politicas
europäische Rechtsgeschichte