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otros los ánimos, aunque para todo haya siempre contra¬
dicción y aunque la misma nuestra no falte? Suceso feliz
tuvo Sangro, representante nuestro en tantos Congresos
sociales (1), ninguno extrano a interés, a causa, verdade¬
ramente internacional, dado que a todos Ileva ese sentido¬
familiar; no otro su internacional sentido.
Verdadera universalidad de los principios constitucio¬
nales, verdaderamente tales son y cuadran a todo tiem¬
po y a toda gente las ensenanzas del Divino Maestro.
Quienes no se inspiran en esos principios de eterna vida
anade, concluye—, fabrican leyes, obras en serie, pero
no crean nada que vivifique, que engendre amor entre los
hombres.
Valga por lo que no acerté a decir, esto que transcribo.
Queden en nuestros espiritus aleccionadoras, inolvidables,
esas ideas, esas palabras, con que termino, dando al Mar¬
qués de Guad-el-Jelù, en nombre de la Academia, bienve¬
nida cordial.
Trató diversos problemas sociales—principalmente los referidos—en
Londres, Roma, Praga, Copenhague, Gratz, Wáshington, Bruselas y Berna.
En Ginebra—en la Sociedad de las Naciones—, con misión especial.
Muchas sus publicaciones, las obras suyas—opûsculos, sobre todo—pasan
de sesenta. Principales—casi todas de materia social—, las tituladas Evolu¬
ción social del derecho obrero, Sistemas de retribución del trabajo. Y sobre
otras materias, La cuestión de Bélgica. Hace anos, el 1908, expuso y comento
la Ley de condena condicional, divulgando su conocimiento, contribuyendo
a su buena aplicación. De las “Semanas sociales", en que tomò parte, tuvo
senalada importancia la de Oviedo.
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Max-Planck-Institut für
Real Academia de Ciencias Morales y Politicas
päische Rechtsgeschichte