cada dia más certeros de la economia, de la sociolo¬
gia, de la psicologia colectiva e individual. Todas
estas disciplinas hállanse ahora trasponiendo el perio¬
do de la pubertad. Hoy, precisamente, la humanidad
tiene los ojos puestos en esos hombres, que saben todo
cuanto sobre esos temas se ha averiguado. Espera de
ellos dirección y consejo. Al cabo de un siglo de in-
cubación en el gabinete y en la câtedra, las ciencias
económicas, sociales, politicas, se ven ya en el tran-
ce de actuar sobre la realidad colectiva. Creo que se
avecina el momento en que estas disciplinas de la
convivencia social den de si los resultados técnicos y
prâcticos que es licito esperar de ellas.
LA PRISA
Estas breves indicaciones acerca de algunos pro¬
blemas que el rápido aumento de las ciencias plantea
dentro y fuera del recinto cientifico, bastarán, sin
duda, para hacer patente la necesidad de someter a
un severo examen critico nuestra ingenua y dilusa
creencia en el progreso. Pero también en otros aspec-
tos es posible sennalar confusiones de valores y tras-
tornos de finalidades, que sólo un atento contraste de
la realidad con la noción formal del progreso puede
desvanecer. El fenómeno moderno en donde acaso se
condensa más visiblemente esa subversión de los va¬
lores es el ritmo trepidante y vertiginoso que va to¬
mando la vida de hoy; es la prisa, la insaciable, la
devoradora prisa, que nos acucia y nos oprime y que,
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Max-Planck-Institut für
de Ciencias Morales y Politicas
europäische Rechtsgeschichte