más en el conocimiento de la vida que en el tecnicis-
mo de su rectificación. Es de esperar que el gran
caudal de lo que ya se sabe y de lo que se sigue
averiguando, logre pronto cuajar en unas cuantas téc-
nicas certeras, que dulcifiquen hasta un máximo los
agobios de la máquina vital. Por otra parte, el go-
bierno de las sociedades viene estando entregado por
tradición a personas que, aun haciendo de la politica
su ocupación central y lavorita, no han creido nece-
saria una preparación especial para ella y lo han es-
perado todo del temperamento, del talento natural,
de la perspicacia y del carácter. Lejos de mi ánimo
la idea de que el gobierno haya de entregarse a los
Ilamados «técnicos», si por técnico se entiende, como
es sólito, los peritos en disciplinas cientificas, admi-
nistrativas, juridicas. Estos técnicos, en electo, po-
drán ser hábiles ingenieros, sugestivos pedagogos,
eminentes investigadores y profundos juristas. Pero
acaso carezcan de las más elementales dotes para el
tráfago politico. Mas, por otro lado, para la politica
que se avecina en el mundo, no bastará ya tener las
condiciones y vocación personales necesarias, sino
que será indispensable, además, una sólida prepara¬
ción en la técnica de la politica misma. Ha de irse
formando—ya se estâ lormando—una técnica propia
de la politica, que de antemano calcule con suficien¬
te aproximación los efectos de las disposiciones posi-
bles, que conozca los puntos irritables de la estruc¬
tura social y sepa bien el mecanismo de las variacio-
nes en los cuerpos nacionales. Al establecimiento de
esa técnica eficaz colaborarán, sin duda, los estudios
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Max-Planck-Institut für
Ciencias Morales y Politicas
europäische Rechtsgeschichte