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italianas, en Italia entera con las dos grandes
divisiones naturales de su politica general con o
frente al Imperio, güelfos y gibelinos; en las
cortes de las grandes monarquias que se alzan
sobre los Estados medioevales, donde, aun bajo
soberanos absolutos que sabian cumplidamente
el arte de gobernar por si misnios, qdónde no
aparecieron, aun con mascara cortesana, los
partidarios de tal o cual personaje, los que pro¬
pugnaban tal o cual politica? «Y qué es la his¬
toria de Francia en la segunda mitad del si¬
glo XVI sino la lucha terrible y sangrienta de dos
grandes partidos politico-religiosos? «Y qué fué
la Fronda, en la minoridad de Luis XIV; y aun
dentro de la corte y bajo el imperio del proto¬
tipo de los monarcas absolutos no se agitaron,
especialmente en los ultimos anos de su reinado,
tendencias e inclinaciones diferentes alrededor
de los principes de la sangre?
La época de los privados en nuestra histo¬
ria, el siglo XVII, no vió formarse a la sombra
de éstos cortesanos y honibres de pluma que
seguian las vicisitudes de sus protectores? En el
siglo XVIII, mâs o menos numeroso, mas o me¬
nos conocido, siempre existió un partido del
principe de Asturias, ya llamárase Fernando VI,
ya el que después reinó con el nombre de Car-
los III, hasta el futuro Carlos IV, a cuyo lado
Max-Planck-Institut für
is Morales y Politicas
europäische Rechtsgeschichte