macion experimental de la bondad del principio. En el or¬
demimilitat yen el maritimo, este aserto de la unidad de
mando ha sido siempre conocido y respetado. También en
el Estado moderno, aun desaparecido el Rey, que lo encar-
naba) tradicionalmente, ese prinicipio de la unidad de man¬
do se mantuvo, si bien circunscrito al poder ejecutivo.
La administracion napoleónica, tan ponderada justa-
mente, y que con mayor o menor acierto copiaron casi todos
los Estados europeos e hispanoamericanos, se hallaba basa-
da en estatidea de que la decisión y la ejecución eran facul-
tades que ganaban siendo ejercidas por uno solo. Asi, la je¬
rarquia administrativa, en sus diversas esteras, tenia en la
cuspide un funcionario (ministro, prefecto, alcalde), depo¬
sitario de todas las facultades decisorias, y a cuyas ordenes
se encontraba la pléyade de funcionarios técnicos o guber-
nativos que preparaban y tramitaban los asuntos, propo¬
niendo la pertinente resolución que, en los casos mas impor¬
tantes, era objeto de dictamen de un Cuerpo deliberante 5
consultivo.
Esa construcción lógica y geométrica fué arruinandose,
sin que de sus consecuencias se apercibieran los mismos que
llevaban a cabo la obra destructora, durante las postrime¬
rias del siglo pasado y el primer tercio del presente. En los
ultimos anos, la mayor parte de esas figuras que ocupaban
la cuspide de las esferas administrativas, se habian conver¬
tido en meras apariencias. El poder efectivo habia ido re¬
partiéndose entre multitud de funcionarios y pequenas au-
toridades, y la accion corrosiva de los principios democrati¬
cos y liberales, tanto mas eficaz cuanto mas perfecta era su
aplicación, acabó por socavar todo el edificio politico admi¬
nistrativo.
La reacción en este orden ha sido clara y general. El
principio de la unidad de mando se impone hoy en el Par¬
tido y en el Estado, y desciende a través de las diversas
esferas y sus divisiones de la administración, obligando a
las consiguientes transformaciones organicas.
La unidad que el Estado nuevo coloca como principal
caracteristica suya, es a su vez un resultado, una obra, con¬
secuencia de una actividad persistente y continua sobre el
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Max-Planck-Institut für
Real Academia de Ciencias Morales y Politicas
europäische Rechtsgeschichte