libro de Jaumeandreu, Rudimentos de Economia Politica, anterior en
mas de veinte anos al de List.
En las primeras décadas del siglo XIX los argumentos de los pro-
teccionistas triunfaron en la prâctica en Espanna; los aranceles adua¬
neros tenian carâcter principalmente fiscal y sus derechos eran modi¬
cos; pero la protección a gran nûmero de industrias era la mâs fuerte
posible, pues estaba prohibida la importación de muchas mercancias.
A estas ideas respondia el arancel de 1828.
Con el tiempo la propaganda librecambista fué ganando adep-
tos. Sus nûcleos más importantes estuvieron en Madrid y en Cadiz
y en las zonas andaluzas productoras de vinos de exportación. Los
circulos universitarios e intelectuales de Madrid estaban. empapados
de economia clásica y liberal. Y en la capital de Espanna, en el si¬
glo XIX, sin industrias de consideración, el punto de vista del consu-
midor resultaba dominante. Los exportadores de vinos del Sur eran
partidarios de la libertad del comercio internacional, temiendo que
el proteccionismo espanol provocase represalias contra su producto
en otros paises, singularmente en Inglaterra.
El proteccionismo, hasta fines del siglo XIX, tuvo su principal
baluarte en Cataluna, donde estaba casi toda la industria textil me¬
canica espanola. Durante un siglo y medio las corporaciones catala¬
nas representativas de los intereses industriales—principalmente texti-
les—batallaron incansablemente por el mantenimiento o el restable¬
cimiento de la protección. Hacia 1770 (hoy no puede precisarse la
fecha exacta, por falta de documentación) se creó la Comisión de
Fabricas de Hiludos. Tejidos y Estampados de Algodon del Principa¬
do de Cataluna. El ano 1847 cambió su nombre por el de Junta de
Fabricas de Cataluna, pasando a representar, además de los algodo¬
neros, los intereses de otras industrias. La Junta creó en 1848 el Ins¬
tituto Industrial de Catalunn. Surge luego el Fomento de la Produc¬
cioón Nacional, en 1869, y el Fomento de la Producción Espanola,
en 1876. Finalmente se creó, en 1889, el Fomento de Trabajo Na¬
cional, que ha perdurado hasta los momentos actuales y que, como
las entidades predecesoras, defendió la proteccion a la industria.
Sin el clima creado por ellas no hubiera sido posible el progreso
industrial de Vizcaya. Justo es decirlo: Juan Güell y Ferrer, Pedro
Bosch Labrûs y Guillermo Graell fueron los portavoces de la protec-
ción. Güell y Ferrer, al mismo tiempo que creaba y desarrollaba una
de las primeras empresas algodoneras de Espana (que persiste hoy),
dirigia el Instituto Industrial de Cataluna; su actuación empieza a
destacarse con su folleto Sobre industria (Madrid, 1841), publicado
con ocasión del Arancel de esta misma fecha—al que nos referimos
Max-Planck-Institut für
Politicas
uropäische Rechtsgeschichte