caso, ni que decir tiene, esta preocupación moral que hoy asalta a los
fisicos ha de ser fiel compannera de las ciencias humanas o sociales.
Las Ciencias Morales han de ser prudencias, en el más hondo y rico
sentido de la palabra. Sentido que encierra todo el vigor y "verdad'
de la palabra ciencia, acrecido con el de "visión" y responsabilidad
del futuro. Toda ciencia, toda filosofia y —ni que decir tiene— toda
técnica y toda actuación politica, han de ser en este sentido prudentes.
Pero nuestras disciplinas, por su misma significación y por su efecto
directivo sobre la vida y convivencia de los hombres, son las que
tienen que dar ejemplo.
Es ya un tópico —tanto se ha repetido y tan tremenda es su evi¬
dencia— el que la humanidad corre hoy mortal peligro por el desni¬
vel entre su adelanto técnico y su retraso (o retroceso) moral. Las
ciencias "morales'' tienen que recobrar a marchas forzadas el terre¬
no perdido, y no ya por razón de si propias, sino porque lo necesita
con apremio quien es su autor y en parte su criatura, el hombre mis¬
mo. No es urgente hoy desencadenar nuevas energias fisicas; es ur-
gente domenar su empleo, alumbrando nuevas fuerzas espirituales.
En ese empenno se renueva la mas genuina vocación de nuestra
cultura. En él se cifra el lema de nuestra Academia. Gracias de nue¬
vo por haberme acogido en ella.
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Max-Planck-Institut für
Real Academia de Ciencias Morales y Politicas
europäische Rechtsgeschichte