las cosas éconómicopoliticas compruébanse fenómenos de fuer¬
za, de potencia, de dominación. No es verdad que los individuos
actuen de una manera autónoma y voluntaria. Estas fuerzas
extraeconómicas, de las que sufren la acción, vienen ora a ayu¬
dar, ora a contrariar sus deseos. Entre tales fuerzas las hay
materiales, como la violencia, y las hay psicológicas y morales,
y es imposible explicar ciertos grandes fenómenos sociales, como
la formación de las clases, o las relaciones de los jefes y de las
masas, o la autoridad del hombre de genio, o la influencia de
la prensa, si no se tienen en cuenta estos elementos, que, exte¬
riores por su naturaleza a la economia politica, condicionan su
funcionamiento e influyen en sus leyes.» (29).
Las tres obras capitales de Vilfredo Pareto, como es sabido,
son: el Cours d'Economie Politique (1896-7), el Manuale (1906)
y el Trattato di sociologia generale (1916). La primera es pura¬
mente econômica; la segunda tiene como fin fundamental la
economia, pero ya en ella integra un segundo capitulo, que ti¬
tula Introduzione alla scienza sociale; y la tercera, respondien¬
do a su titulo, es completamente sociológica. «Incontestablemen¬
te, Pareto ha tenido el sentimiento de que el homo oeconomicus
que constituye el cimiento de toda la economia pura, está muy
lejos de la realidad, y que, por consecuencia, la teoria de la
economia pura no sólo no rinde cuenta entera de la realidad
-lo que es admitido por sus más fervientes adeptos—, sino
que el foso que las separa es más grande de lo que pensaron
generalmente los teóricos neoclásicos. Por tanto, Pareto ha en¬
sayado llenar el foso y tomar una visión de conjunto del hom¬
bre social, del hombre real» (30). «Se ha llegado a despreciar,
a desconocer —dice el mismo Pareto— la mutua dependencia de
los factores sociales; esto es actualmente uno de los errores
más perjudiciales para el progreso experimental de las ciencias
sociales» (31). «Un fenómeno concreto no tiene solamente una
parte económica e, más también otras partes sociológicas, c, g
Conviene, pues, anadir... a las teorias económicas que dan e,
otras teorias que dan c, g» (32). «... reunir de nuevo para tener
la teoria del fenómeno complejo» (33). «Importa menos ocu¬
(29) Pirou : L'Utilité marginale, págs. 141 y 142. Paris, 1938.
(30) Pirou : Les Théories de l'équilibre économique, pág. 430. Paris, 1938.
(31) Trattato, nüm. 2.022.
(32) Id., nüm. 34.
(33) Id., nüm. 38.
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Real Academia de Cencias Morales yPolticas
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