ofrecer aspectos de normalidad bienhechora cuando se lo¬
gra y se mantiene el equilibrio entre todos los intereses
legitimos, entre todas las aptitudes aprovechables, entre
todas las categorias sociales sin excluvismos negativos,
aunque con la aportacion adecuada de cada uno segun su
grado de eficacia. El fracaso de los sistemas politicos ins¬
pirados y conducidos por un determinado estamento evi¬
dencia la sinrazôn de formulas excluyentes de colabora¬
ciones necesarias. Ese fenômeno de la juventud, origina¬
riamente inspirado en los mas nobles afanes, al espaciarse
con el proposito de dirigir y de impulsar la actividad
social, al trascender con exclusiones inconvenientes al
conjunto de cosa tan grave y tan trascendental, cada dia
mas necesitada de la ciencia, de la experiencia, de la sa¬
gacidad, del temple reflexivo como la gobernacion de los
pueblos, es cosa para meditada y encauzada por aquellos
à quienes, mas alla de las edades mozas y con responsabi¬
lidad de direccion, incumbe el papel de conductores y
de jefes.
Refiriéndose al supuesto de las actividades politicas.
dice Spranger: "Para tomar una posición realista seria me¬
nester una multitud de conocimientos objetivos, pues uni¬
camente sobre esa base puede determinarse la relacion en¬
tre lo que es y lo que debe ser. Es necesario estar familia¬
rizado con la patria y con el extranjero, apreciar exacta¬
mente las circunstancias econômicas y sociales, abarcar con
la vista la individualidad y la mentalidad de los pueblos,
las clases y las personas y llevar en si toda esa masa mô¬
vil como un sistema de fuerzas de claras lineas. Tratän¬
dose de adolescentes no se puede hablar de nada de esto.
Una idea brota de la subjetividad de su sangre. Por eso
los programas politicos de la juventud presentan el ca¬
racter tipico del radicalismo. La vida se empieza siendo
aprendida desde lejos por el intelecto, y la fantasia ha de
ser rectilinea, definible en unos pocos rasgos racionales. La
fuerza de la voluntad valorativa, por otra parte, no se de¬
tiene todavia en menudas dificultades. Asi Ilega el adoles¬
cente a radical y fanatico. A la inversa, toda ideologia
pura en politica conserva algo de juvenil. Pensar en uto¬
Max-Planck-Insti
europäit