tipo de convivencia otorga está la de su propia perfección, la posi¬
bilidad de un orden politico. El poder social estâ disponible para la
perfección de la convivencia, es decir, para la realización efectiva
de un orden politico. En toda sociedad concreta hay siempre, decia¬
mos, una idea de la perfección del hombre y una o varias ideas de
perfección del orden interhumano. El poder social está en disponi¬
bilidad para ser aplicado a la realización de uno u otro de esos pro
yectos de convivencia. Esa cualidad del poder que le hace "mane
jable", susceptible de ser aplicado a fines concretos, a la realización
de proyectos de convivencia, es lo que en sentido estricto podemos
llamar "propiedad organizable". El poder social es "organizable"
es susceptible de “organización". Importa mucho esclarecer en qué
consiste esa propiedad.
La inscripción del problema del poder en el marco de la razón
razonante ha conducido a varias graves aberraciones cuyo sentido
nos es ya familiar: por una parte, la tentación de considerar el poder
como una res sustantiva susceptible de ser manejada por un logos
pûblico también sustantivo; por otra, la tentación de convertirlo
en un puro sistema de relaciones manejable por un logos publico
que no es sino la resultante de la actualización de ese sistema de
relaciones. Ha sido la doble pendiente por donde se han deslizado
el pensamiento y la prâctica politica del Estado moderno.
La reducción del hombre a logos, entendido como la potencia de
una realidad, sobre todo a partir del mundo moderno, y la tendencia
a la sustantivación de todas las realidades, han Ilevado a sentir y con¬
cebir el poder politico como el poder de una “razón publica". En
efecto, el gran problema teórico y prâctico del mundo politico moder¬
no estriba en construir una razón publica capaz de "manejar" el poder
social. Es el gran problema que se oculta bajo la famosa rûbrica de
la "razón de Estado". La razón de Estado es precisamente eso, razon,
logos. Y como tal razón, tiene una estructura idéntica, o mejor, pa¬
ralela a la estructura de la razón humana. De la misma manera que
el hombre es una sustancia que se expande en facultades o potencias
diversas, entender, querer, etc., y que la función eminente de la ra¬
zón consiste en formar juicios, la razón publica es concebida como
una especie de vis colectiva capaz de plasmarse por sus principios.
Esta idea de la razón publica, entendida siempre desde la idea de
sustancia, es comun a todo el pensamiento politico moderno. Lo que
Max-Planck-Institut für
Real Aca
encias Morales y Politicas
europäische Rechtsgeschichte