Carmelo Vinas y Mey
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la a priori, es un plan del Universo, que incluye una concepción de la
vida terrena de la especie humana y lleva a ésta a través de las épocas
conceptuales que ya conocemos. Este plan es conocido puramente por la
razón, que lo deduce de principios evidentes, sin necesidad de acudir
a la experiencia histórica ni en general a ninguna experiencia. Antes de
dirigir nuestra mirada a la historia; antes, se pudiera decir, incluso, de
saber por experiencia que la especie humana estâ ya ahi, en el mundo,
se sabe que esta especie tiene que existir necesariamente y se conocen las
grandes épocas por que sucesivamente ha de pasar; por las que su vida,
cualquiera que sea el momento en que se tome, habrâ pasado hasta ese
momento, estarâ pasando en él y pasará a partir de él.
En cambio, lo que corresponde a la historia a posteriori son dos ope
raciones: «determinar las circunstancias particulares de la vida humana
en las distintas épocas, puesto que estas circunstancias no pueden infe
rirse racionalmente a priori, y determinar en cada momento el plan a
priori a que pertenece una edad determinada de la sucesión efectiva de
los tiempos.»
A estos dos tipos de historia corresponden a su vez dos métodos
peculiares. Aprehender en concepto claro lo Universal y Absoluto y
eternamente igual a si mismo en esta providencia rectora de la especie
humana, es el asunto del filósofo. Fijar fâcticamente la esfera, siempre
cambiante y mudable, sobre la cual avanza aquella segura marcha, es
incumbencia del historiador, cuyos descubrimientos se limita a recordar
ocasionalmente el filósofo.
Asido al «hilo conductor» del plan del universo-el mismo hilc
conductor de que hablaba Kant—, el filósofo puede intuir y construir
el total curso de la historia y devenir asi sociólogo clásico:
El filósofo que en cuanto filósofo se ocupa con la historia ve ese
hilo conductor a priori del plan del universo, que para él es claro sin
necesidad de historia. Y si se sirve de la historia no es en modo alguno
para probar algo por ella, pues sus proposiciones están probadas ya antes
e independientemente de toda historia. Este su servirse de la historia
es sólo ilustrativo y se limita a presentar en la vida viviente de la his¬
toria lo que también sin la historia se entiende. El filósofo, por ende
busca a lo largo del curso entero del tiempo sólo aquello y apela sôlc
a aquello en que la humanidad, de cara realmente a su fin, progresa
dejando estar y desdennando todo lo demás. Ni siquiera piensa en de
mostrar históricamente que la humanidad tiene que hacer este camino
sino que ya lo ha probado filosóficamente, y se limita a anadir, como
ilustración, en qué ocasión se revela lo mismo también en la historia.
En cambio, de un modo totalmente distinto procede en verdad y debe
proceder el colector de los meros hechos, que es como Fichte denomina
al historiador, cuya tarea no es, para nosotros, por este contraste con la
filosófica, en modo alguno de escaso valor, sino, y sólo con que se realice
bien, sumamente honorable. Este colector no tiene absolutamente otro
Max-Planck-Institut für
Real Academia de Ciencias Morales y Politicas
europäische Rechtsgeschichte