recerán más o menos conformes con la ultima Alocucion 
de Pio XII de 7 de mayo de 1949, y la posterior de 4 de 
junio de 1950. Con todo, no puede decirse que ésta cierre 
la puerta a ninguna de las teorias afirmadas, pues apare¬ 
cen las soluciones que a las dificultades se pueden dar, 
aunque ni en unas ni en otras podemos detenernos. Basta 
para ello leer algunos articulos aparecidos posteriormente 
a cuando se escribieron estas páginas, sobre todo a los del 
Padre Oswald von Nell-Breuning, S. J.: "La discusion au 
sujet de la cogestion", en Les dossiers de l'Action sociale 
catholique, agosto-septiembre de 1950, págs. 489-492; el ar¬ 
ticulo del mismo autor: “Mitbestimmung des Arbeiters", 
en Stimmen der Zeit, agosto de 1950, págs. 286-295, y al¬ 
gunos màs. 
Lo que la Iglesia se pregunta es lo siguiente: , Cômo va 
a haber una asociación de capital y de trabajo, mientras 
ambos elementos se odien como se odian, mientras el socia¬ 
lismo predique abajo la lucha de clases y el capitalismo 
neopagano se viielque arriba hacia la avaricia de la ganan¬ 
cia y la explotación del pobre? Mas si la doctrina de paci¬ 
ficacion y caridad de la Iglesia entrara en las almas reacias 
del pueblo y de los ricos, ni los problemas de participacion 
ni los de control tendrian repercusión fuerte ni produci¬ 
rian los miedos que por todas partes existen. 
IV.—La dignidad humana en la propiedad 
Pocas cosas han juntado más los Pontifices con la 
dignidad humana que la propiedad. Al hablar del salario 
justo, León XIII la unió; al hablar del mismo, Pio XI la 
juntó, deseando que, a poder ser, todos los hombres pudie¬ 
ran tener algo propio, porque la posesión de bienes aporta 
al hombre una seguridad de que carece, cuando vive al dia, 
resignado a vivir de lo que se le ofrezca. 
Para probarlo bastan tres testimonios recientes. El pri¬ 
mero está tomado de la alocución radiofónica de Pio XII 
de 1 de junio de 1941. Dice asi: "El derecho originario so¬ 
bre el uso de los bienes materiales, por estar en intima co¬ 
nexión con la dignidad y los demás derechos de la persona 
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