dentro de nuestras almas, y sin que lo advirtiéramos, lu-
charon con nosotros" (1).
Y esa labor religiosa, civilizadora y patriótica es la que
ha continuado el P. Azpiazu en estos ultimos turbulentos
veintitrés anos con un tesón no superado. Esas dos Encicli¬
cas y las Alocuciones elocuentes, frecuentes y cargadas de
sentido apostólico y social del actual Pontifice han sido, a
mi juicio, las que han estado con preferencia presentes en
su incesante apostolado.
Alguno se ha entretenido en compararnos. Los dos ha¬
cemos el mismo viaje, vvemos ante nosotros análogos hori¬
zontes, llevamos bagaje parecido y aspiramos seguramente
al mismo fin. En lo esencial no ven en nosotros diferencias
ideológicas, aunque en lo dejado por Dios a las disputas de
los hombres alguna vez lo vemos con lente distinta y hasta
con distinto criterio. Pero la diferencia fundamental que
entre nosotros advierten es ésta: “El P. Azpiazu es más mo¬
derado, Aznar, más radical. El es más economista; no ol¬
vida sus diez anos de profesor de Economia. Quizà su cien¬
cia económica frene sus impetus de reformador social.
Aznar se emboza modestamente en elementales principios
que la Moral cristiana le da hechos, otea el porvenir mas
que el presente, y se apoya en el báculo de la Lógica. La
Lógiça es acaso la causa de su radicalismo. La Lógica Ileva,
a veces, a conclusiones inoportunas, impertinentes, y en el
presente desbocadas, aunque no pierdan de vista aquellos
principios de la Moral cristiana.
Eso dicen, pero la moderación del P. Azpiazu es mas
aparente que real. Su suavidad está en las palabras mas
que en las ideas. Y para probarlo no voy a espigar en los
campos dilatados de sus libros y ensayos; voy a sacar las
pruebas del mismo discurso que le acabáis de oir.
Se ha acusado a nuestro Fuero del Trabajo de ra¬
1.a
dicalismo, de abstracción ideológica, de desconocimiento
(1) SEVERINO AZNAR, en Estudios religioso-sociales, pags. 121 y 122
(Inst'tuto de Estudios Politicos, 1949).
15 -
Max-Planck-Institut für
rales y Politicas
eschich
päische Rechts