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igualdad de todos los Hombres bajo todos los aspectos, sólo es posi¬
ble en mentes enfermizas, incapaces de pensar por su cuenta, pri¬
sioneras de ciertas palabras, que la falsa propaganda puso en boga.
En cuanto individuos, en cuanto personas, no hay, ni habrá nunca
dos hombres iguales.
Pero para nuestro objeto nos basta la igualdad especifica y esen¬
cial. El Hombre, todo Hombre, es libre, en cuanto está dotado de in
teligencia y voluntad racional. Es también libre en cuanto no puede
ser objeto de dominio, como las cosas inferiores, ni en su vida, ni
en sus actos. Es particularmente libre en el fuero de la conciencia.
Cuando los Teólogos dicen que la fe no se impone por la fuerza, no
hacen mas que ser fieles a esta verdad. La frase clásica, “credere
voluntatis est" se viene repitiendo desde San Agustin, pasando por
Santo Tomás de Aquino y todos los Teólogos-juristas espannoles. La
libertad fisica es un don de Dios, un Derecho natural, que sólo pue
de y debe ser anulada por la autoridad publica cuando abusa de
ella el criminal y mal ciudadano, violando los Derechos y Deberes
naturales y humanos del Hombre inocente y honrado, cuya defensa
le está encomendada a las autoridades de la Nación. La sub jección
al Deber y a las Leyes no es incompatible con la libertad; al contra¬
rio, es su amparo y defensa. La Libertad sólo es efectiva y verda¬
dera, como sabemos todos por dolorosa experiencia, donde reina el
orden y la justicia; donde el valor Hombre conserva ese nimbo sa
grado que la Religión de Cristo le prestó al declararlo hijo de Dios
y hermano de Cristo, implantando a la vez vinculos fraternales en¬
tre todos los hombres. Si esto desaparece, fácilmente se llega a la
tirania, que cuando es la tirania de la masa, hace suaves las mayores
tiranias de Emperadores y Reyes, que registra la historia.
Concluyamos, pues, resumiendo nuestro pensamiento, procla-
mando muy alto que el Hombre, todo Hombre, tiene aquellos De¬
rechos y Deberes naturales que su existencia y su perfección integral
exigen. Al crearlo Dios a su imagen y semejanza, con un alma in¬
mortal, inteligente y libre, dueno de sus actos, capaz de merecer,
le ha concedido también los medios necesarios y adecuados para
conquistar su fin. A través de esos medios surgen los Derechos y
Deberes, que jalonan la ruta de su perfección integral, identificada
con el orden impuesto por Dios, que Ilega a nosotros ya sea a través
de la naturaleza, o a través de Cristo, Redentor y Maestro.
Max-Planck-Institut für
Real Aca
Morales y Politicas
uropäische Rechtsgeschicht