Full text: Olariaga Pujana, Luis: ¬La orientación de la politica social

vida pûblica del pais, es un mero espectador. Generalmente no 
està ni educado para comprenderlos. Las cuestiones que sus man¬ 
datarios discuten en el Parlamento no las entiende, y si las en¬ 
tiende nada tienen que ver con su vida real, con su profesión, con 
sus intereses particulares o gremiales, con su estado cultural, con 
sus preocupaciones concretas. Ve que la nación, con sus problemas, 
anda por un lado y la politica por otro, sin llegar a engranar ésta 
en aquéllos; y que los politicos, insensibles a las verdaderas in¬ 
quietudes nacionales, sin preparación para interpretarlas, se agi¬ 
tan y luchan, por cuestiones meramente electorales y de mando 
que sôlo pueden afectar a su vanidad o a sus intereses privados, 
cubriéndolos de cuando en cuando con torneos oratorios sobre los 
grandes ideales constitucionales o metafisicos, en los cuales suelen 
estar muy versados. 
No se advierte en esa organización democratica la misma ausen¬ 
cia del hombre integral y activo, la misma tendencia a organizar 
mecânicamente aspectos aislados de la conciencia social, el mismo 
reinado de las ficciones que en la ciencia moderna o en el dere¬ 
cho moderno? 
Y si se pasa después a analizar la gran industria, jqué se 
encuentra en ella? Ese pobre obrero parcelario, producto asimismo 
del progreso, convertido en mâquina que, junto a otra mâquina, de 
material aparentemente mas insensible, realiza un trabajo autom⬠
tico y especializado, en el cual no tiene interés, ni pone gusto, ni 
conoce su posible aprovechamiento humano. Ese hombre era en la 
Edad Media un artifice que trabajaba al lado de su maestro, en 
su tallercito, y transformaba, poniendo en ello su mayor cuidado 
—y a veces acaso su mayor ilusión—, los materiales que le lleva¬ 
ban los clientes. Sabia producir el objeto completo, sabia a quien 
servia al producirlo, podia poner su amor propio en la perfección 
del servicio. No se sentia, por otro lado, sometido a nadie, ni for¬ 
mando parte impersonal y anónima de ningûn frio mecanismo. Al 
anochecer, al toque de las campanas, se retiraba con su maestro, 
que era su amigo, que le atendia cuando se hallaba enfermo, y 
que, cuando sano, lo Ilevaba a las fiestas religiosas o artisticas de 
los gremios. Pues ese artifice, confiado en que al cabo de los annos 
de trabajar familiar y cordialmente, llegaba siempre a maestro, la 
Max-Planck-Institut für 
Real Ace 
Morales y Politicas 
europäische Rechtsgeschichte
	        
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