ORIGEN DEL DERECHO DE CASTIGAR
Cuando nos preguntabamos qué era el hombre? no nos
proponiamos una cuestion escusada. No lo habiamos estu¬
diado siquiera en una sola de sus manifestaciones, y era
entonces imposible que pudieramos edificar sobre un con¬
cepto vano y vacio, las bases de ninguna ciencia. Cuando
no hay sugéto de derecho, esta palabra no tiene tampoco
sentido alguno; sin conocerlo, tampoco podriamos fundar
ningun derecho que tuviera una base sólida y permanente.
En nuestras investigaciones, segun un principio vulgar de
la lógica, debemos proceder de lo conocido á lo descono¬
cido.
Acuso á Rousseau, á Benthan, á Beccaria y demas au
tores de los sistemas que hemos estudiado, y otros de que
no debemos ocuparnos, de haber prescindido de los cono¬
cimientos que nos ha dado la ciencia del hombre para
esplicar sus sistemas diversos, como si la naturaleza del
hombre no fuera la misma á pesar de los conceptos varia¬
dos en que se le tenga. Debo, pues, creer que han hecho
hombres para esplicar sus sistemas y no sistemas para es¬
plicar el hombre.
Pero como el hombre no es solo materia que lo poda¬