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Bastaria para hacer, por decir asi, la historia con¬
tomporánea del seguro, trazar una,ligera resena de
las legislaciones que de él se ocupan y estudiar so¬
meramente la manera como es considerado por to¬
das ellas, no descuidando tampoco, el de las impor¬
tantes asociaciones que toman sobre si la mûltiple
variedad de riesgos; trabajo que me impide abordar
la brevedad del tiempo disponible para la elaboracien
de esta tésis y baste por lo ménos decir con referen¬
cia á este punto, cuan numerosos son los códigos
que de él se ocupan, trayendo todos ellos importan¬
tes disposiciones relativas á su institucion, ademas
del sin nûmero de leyes y decretos que los Poderes
Publicos, en prevision de casos especiales, han dicta¬
do con objeto de reglamentar cada una de las dis¬
tintas faces, bajo las cuales se puede considerar el
seguro en general.
Inmensa es en verdad, la diferencia que notamos
en el seguro primitivo y la solemne convencion que,
bajo ese nombre, conocemos en nuestros dias: de to¬
dos es conocido el adelanto á que ha llegado, mani¬
festado prácticamente por la multitud de operacio¬
nes de aseguracion que dia á dia vienen ejecutando
las companias establecidas con dicho fin.
Basta leer sus estatutos y comprender desde lué¬
go el gran valor que los poderes publicos le han dado
como uno de los poderosos elementos que contribu¬
yen à la seguridad de los derechos del individuo: no
sin razon, ni fundamento, pues, se ha rodeado de
tantos privilogios à esas sociedades.
Y, concrotandonos à nuestra jóven Repûblica, con
debemos mirar el gran desarrollo que lian